Federico García Lorca

Chavela cantó bajo el castaño más grande de la huerta que tenían los Lorca en Granada. Ahí estuvo él unos días antes de que lo mataran. Y antes de eso también había estado viviendo en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde Chavela se hospeda cuando va a Madrid.

"Ciudad sin Sueño" de Lorca, es el libro que Chavela Vargas lee y relee en una edición especial y bellísima de Poeta en Nueva York que le regaló Laura Lorca, sobrina de Federico.

Chavela fue a la Huerta de San Vicente, en Granada, a donde solía ir Lorca cada verano, a rendirle homenaje a Lorca. Bajo la ventana de la casa, a medio patio, un imponente nogal arropó el escenario. Sara subió otra vez a bailar Verde Luna, pero esa noche, según dicen los que conocen de almas gitanas, con el duende más vivo que nunca. Chavela, que antes de cantar saludó a García Lorca y al público, consiguió que todos los que estaban en la Huerta sintieran la presencia del poeta.

Chavela llegó a decir, "Ojalá hubiese en cada casa del mundo un García Lorca y en cada Lorca hubiese una casa como esta"

"Federico está en todo lo hermoso del mundo en cada cosa hermosa que ocurre, una flor que nace, ahí está Federico. Nosotros tenemos esa cosa fea de decir 'murió', pero no, no, anda por ahí y en todo lo podemos ver, anoche yo tuve el privilegio de verlo"

Dicen que cuando Chavela se hospeda en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde Lorca pasó sus años de estudiante, se da sus vueltas para escucharla hablar con él en las noches insomnes.

Que cada vez que viene de gira a España, el poeta la recibe con una sonrisa. Cuando los sorprende el alba, García Lorca se pone a tocar el piano y ella se queda escuchándolo hasta que un pájaro amarillo que ronda la ventana de su habitación, la despierta. Dice Chavela que el pájaro es el alma matinal de Lorca.